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Un poco de historia

febrero 5, 2009

Fueron los conquistadores de las islas quienes, llegados a Tenerife a mediados del siglo XV, trajeron tradiciones ligadas con las fiestas del Carnaval, que se celebraban también en todos los dominios de la Corona. Fue el comienzo de una fiesta ya centenaria que forma parte de la vida de los habitantes de las islas. Carnaval que ha resistido el paso de los años, con alguna que otra ausencia (tras la caída de la Segunda República y el comienzo de la Guerra Civil Española (1936-1939), se veta el carnaval), muchos años de clandestinidad (a partir de 1945, los tinerfeños comienzan a celebrar el Carnaval de forma clandestina en sus casas, aunque tanto las autoridades civiles como el Clero siguen prohibiendo su celebración) y un hasta un “seudónimo” (regresa a las calles con la denominación de Fiestas de invierno) El nombre de Fiestas de Invierno se mantuvo hasta 1976, año en que de nuevo, y ya sin las censuras que caracterizaron la dictadura franquista, adoptaron la denominación de Carnaval.

 

 Esta reseña no viene más que a resaltar la importancia del carnaval y la relevancia vital y cultural que tiene. Todo un acontecimiento que revoluciona la isla cada año allá por febrero.

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Descripción

febrero 5, 2009

 

Estos tacones… me están matando!!!

 

La identidad de las fiestas está directamente relacionada con el disfraz. Sin él, el carnaval pierde sentido. El ejemplo más claro son las múltiples agrupaciones que participan en los diferentes actos del carnaval, desde las comparsas hasta las murgas, pasando por las rondallas. Cada una de ellas desarrolla una actividad muy diferente y participan en distintos concursos. Sin embargo, existe un galardón común y que se repite en todos los concursos, es el destinado al disfraz. Y todo esto sin mencionar los concursos de disfraces propiamente dichos y la elección de la Reina del Carnaval (la infantil, la adulta y la de la tercera edad) en las que se premia el traje. El disfraz es la insignia de las fiestas, la esencia de la tradición… y las tradiciones, si no se respetan, acaban por perderse.

En el carnaval de la calle, una de las partes del disfraz que más se descuida es el calzado. Se busca la comodidad y se antepone a la fantasía, restando impacto y lucidez al diseño. La propuesta es que el disfraz vaya de la cabeza a los pies, y no se quede en los tobillos. 

La idea surge a partir de la intención de diseñar un disfraz de Drag Queen, Y qué es una Drag si no tiene unas buenas plataformas! Pero claro, son muy pocos los que están dispuestos o son capaces de llevarlas. Demasiadas horas como para llevar unos tacones… o a lo mejor no.

Para solucionar el problema, se diseña unas “plataformas falsas” con las que se pretende conseguir el efecto de llevar puestas unas plataformas de diez centímetros, cuando en realidad llevas simplemente unas zapatillas de deporte y te encuentras cómodamente a una suela de distancia del suelo. Se consigue así unificar los términos tacón y comodidad (aunque suene a unión imposible)

 

 

 

El zapato está rodeado por una platabanda que hace las labores (estéticas) de plataforma, por encima de ella se emplea un relleno para simular el volumen ocupado por el pié.

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Métodos creativos utilizados

febrero 5, 2009

Una vez que surge el concepto, se recurre a la puesta en común y la correspondiente tormenta de ideas para establecer los materiales candidatos para fabricar las falsas plataformas. Es muy habitual en estos casos recurrir al reciclaje. Tras barajar varias ideas se emplea el plástico de las botellas de agua para la platabanda y unas esponjas de baño para el relleno del pié

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¿Por qué consideras que es innovador?

febrero 5, 2009

El carnaval en sí, lleva implícita una carga de creatividad. Buscas que tu disfraz sea llamativo, especial, diferente, original…. La imaginación al poder. Interminables noches en las que payasos, esquimales, indios, bomberos, azafatas, policías corruptos, guardias civiles, sevillanas con bigote y bebés de pelo en pecho, comparten horas de diversión en la calle, generan un ambiente que rezuma creatividad por los poros. Mediante un “estudio de campo” se comprueba la exclusividad del diseño. Miles de disfraces que “acaban en los tobillos”, muchas zapatillas forradas con retales del disfraz y algún que otro atrevido con tacones, pero en definitiva, ni una falsa plataforma ni nada parecido. El éxito del diseño es rotundo y sorprende descubrir la efectividad del “engaño”, la frase más escuchada: “¿Pero como aguantas toda la noche con esos tacones puestos?”

El carnaval es portador del virus de la creatividad y , además, se desarrolla en un ambiente que favorece el contagio y la propagación. Estas estrenando disfraz y ya estas pensando en el del año que viene.

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ventajas/desventajas respecto a otros similares

febrero 5, 2009

Es bastante usual forrar los zapatos con la tela del disfraz, es como un calcetín pero por fuera del zapato. Es un recurso al que se acude con mucha frecuencia, por lo que ha perdido cierto encanto. Por otro lado es una táctica muy evidente, no oculta ningún truco, no tiene misterio… aquí la intención es romper esquemas, llamar la atención. Unos tacones responderían perfectamente a esta premisa, ya que es casi imposible pasar desapercibido (sobre todo si calzas una talla 45). La desventaja evidentemente es la incomodidad y el riesgo para la integridad de las articulaciones y de la propia persona a medida que “avanza” la noche.

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Posibilidad de registro industrial

febrero 5, 2009

En este caso y dada la particularidad y finalidad concreta del diseño, no se busca una oportunidad de mercado ni mucho menos. Aunque de cierto modo, la idea sí que queda registrada y asociada. Registrada en la memoria de la gente y asociada a la persona que lo luce.

En cualquier caso se podría considerar conseguir el registro como patente para proteger el diseño.

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¿Cómo lo mejorarías?

febrero 5, 2009

Como ya se ha comentado, en el diseño inicial se empleó el plástico de las botellas de agua para la platabanda y unas esponjas de baño para el relleno del pié. El plástico de botellas resultó ser demasiado rígido y era algo problemático para el movimiento del pié al caminar. En cuanto a las esponjas, funcionaron bastante bien, aunque no llegaban a cubrir del todo la cavidad. En un segundo diseño, se empleó un material como alternativa al plástico de botellas. Sin abandonar la línea del reciclaje, se emplea un aislante de esos para dormir en las acampadas (que se hallaba en un rincón del garaje y cuyo destino era un contenedor de basura). Este material espumoso, aporta la rigidez justa y la movilidad necesaria para el pie. También aporta ligereza y confortabilidad al diseño. El uso de las esponjas se mantiene (de hecho se trata de las mismas esponjas) pero se emplea el relleno de un colchón (que compartía alojamiento y destino con el aislante de acampada) para cubrir ese espacio en torno a la esponja.

Tras estos dos diseños, los resultados obtenidos son bastante satisfactorios. Un problema en ambos ha sido la unión con la zapatilla, ya que la intención es que no fuera un montaje fijo, es decir, que una vez terminados los Carnavales se pudiera desmontar y utilizar las zapatillas. Para la fijación se emplean grapas en los laterales a la altura de las suelas. En algún caso se produjo un desprendimiento del sistema de fijación, dejando al descubierto la zapatilla y con ella el secreto de nuestro diseño (que desastre!) Una buena opción sería emplear algún tipo de adhesivo más potente y renunciar a utilizar las zapatillas pasados los carnavales. Cabe la posibilidad de utilizar unas zapatillas viejas que compartan destino con el aislante y el cojín y continuar así en la beneficiosa y económica línea del reciclaje.

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fuentes de información

febrero 5, 2009

http://www.santacruzmas.com/